Mi taller de escritura

Creado para recobrar el terapeútico y siempre grato hábito de escribir y darle forma a mis experiencias diarias...

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Lugar: Ciudad de México, D.F., Mexico

miércoles, 6 de agosto de 2008

De lunes a viernes...

Estoy platicando disparates con un par de compañeros de trabajo, dos que no acostumbro ver mucho, demasiado poco diría para estar con ellos, de pronto un ruido llama mi atención, es cada vez mas fuerte.... tomo mi cel y presiono el botón "Listo", siempre es difícil, sobre todo por que hay uno al lado que dice "Posponer" el cual hace que la misma alarma suene dentro de 5 minutos...

5:10.... cierro los ojos un momento y me recargo en mi almohada.... de nuevo el mismo tono... 5:20, "Listo"... que flojera... pero ya levántate... que flojera..................................

De nuevo el mismo tono, 5:30!!!, "Listo", por suerte mi cel tiene opción para tres alarmas, las dos primeras son simplemente un aditivo para mi flojera, generan un pico antes del valle que necesito para salir de las sabanas y bajar de mi cama... 5:40, toalla, camino, puerta que se desliza, luz del baño, agua fría... es difícil, lo acepto, primero las manos, brazos y después el resto, me contraigo pero me quedo bajo la regadera, delicioso!!!, mi cuerpo responde a la agresión, se abren mis ojos y un golpe de realidad llega a mi, iniciemos el día....

6:00, ritual de vestimenta y acondicionantes, todo en 5 minutos, 7 tal vez, 10 si fuera completo, pocas veces lo es, mi padre me espera ya afuera, con su auto encendido, siempre sale cuando estoy en la regadera (salvo el lunes que no circula el auto), y es la parte sonora de mi ritual "apúrale vale!!" me dice con añeja autoridad paterna, no tengo opción, o lo hago o no llegamos a las 6:25 para que yo tome el Bus hacia Toluca y el regrese a casa con mucho sueño.

Hoy fue un día diferente, al parecer la batería de su auto esta baja y tengo que sacar mi auto de casa de mi tía, 6:10, salimos volando, manejo yo, mi padre usa mi auto en contadas ocasiones, y no es tan atrevido, conmigo al volante, llegamos en 12 minutos, esfuerzo inútil, en un día que sigue siendo diferente, el bus llega 8 minutos tarde.

"Buenos días!!" saludo al chofer, siempre me toca el #1 en el bus, cómodo y practico, arrebatado a una oficial de seguridad, sin querer, lo juro!!!, la cual me ve con mira láser al subir, los dos días que viaja cada semana. Eje 3, Eje 2, Reforma, Circuito Interior, Constituyentes... y hasta allí soy consciente de mi...

Me despierta una frenada un poco mas fuerte de lo normal, son las 7:55, 3 minutos de acomodo mental, un "Buen día" respondido en automático por el chofer, y la caminata entre zombies que bajan de alguno de los 15 buses que cada mañana alimentan de Chilangos el edificio. Mi credencial me permite el acceso entre esas puertitas de cristal, me recibe la alfombra, gris y opaca, del corredor principal.

Bienvenido al trabajo.